sábado, 8 de junio de 2013

LEY NACIONAL PARA LOS GUIAS DE MONTAÑA.



Hoy hemos recibido muchos comentarios respecto de la iniciativa de una Ley nacional para los guías de montaña, una regulación a ese nivel viene a jerarquizar un poco más esa profesión. Como se generan tantos rumores y conclusiones de todo tipo voy a expresar una opinión desde el punto de vista de un dirigente deportivo, amante y ferviente promotor del alpinismo sin guías, deportivo y amateur.
Lo delicado para quienes aspiramos al libre acceso a las montañas y vías de escalada son los derrames laterales de estas leyes cuando en el afán paternalista de los gobernantes y la avidez de cautivar un mercado de algunos comerciantes del ambiente de montaña, tratan de imponer la obligatoriedad de contratación de guías para acceder a la montaña y no es un problema económico, es un asunto ético, la presencia de un guía a cargo de una actividad de montaña es la línea que define el límite entre lo deportivo y lo turístico recreativo.
De ninguna manera me parece lógico oponerse al legitimo ejercicio del trabajo de los guías, es más, son ellos mejor que los clubes, quienes satisfacen las necesidades de muchas personas que desean conocer las montañas, tener algunas vivencias en apariencia extremas y que carecen de conocimientos, valor, intrepidez y otros atributos propios del autentico alpinista, atributos que sin duda tendrá sobradamente el guía, a quien contratan de manera directa o a través de empresas que les venden una experiencia inolvidable con una promesa de seguridad.
Ofreciendo salidas, invitando masivamente casi sin requisitos a las personas, algunos clubes convencidos que esta es una forma de difundir las actividades y justificar desde lo cuantitativo la existencia de la institución comienzan a cumplir la misma función que una agencia de aventura, además esto crea las condiciones para justificar la contratación de guías o crear una estructura interna que viene a ser lo mismo aunque no tan profesionalizada. Así crece un circulo vicioso que impide a las personas tener una visión clara del escenario de esta actividad ya que estas propuestas no son propiamente deportivas y alguno se imagina que si porque nacen de un club.
He aquí un tema que me parece importante para discutir y tener presente a la hora de proyectar actividades, a mi entender un club de montaña debería concentrarse en crear ámbitos para el entrenamiento y la capacitación de sus socios o publico allegado, promoviendo las escaladas y expediciones de grupos autónomos e independientes, asumiendo que correrán riesgos y enfrentarán peligros. Tener la claridad y honestidad de aceptar públicamente que el peligro y los riesgos están presentes en estas disciplinas y que no existe ningún procedimiento cien por ciento fiable para llevarlas a cabo y que asumirlos y superarlos es la única manera de avanzar en estas disciplinas, permitirá crear una estructura institucional basada en el merito y el rendimiento deportivo consolidando el crecimiento con la convicción que estas disciplinas probablemente nunca alcancen la masividad de otros deportes y ni falta que les hace.
Si personas allegadas al club, que aun recibiendo entrenamiento y capacitación necesitan guías para sus salidas, están en su derecho de contratarlos aunque lo ideal, a los fines de una institución deportiva, es que el guía lo provea una empresa no ligada al club, restringir el guiado al ámbito de las empresas es una sana elección para preservar los valores de la escalada y el montañismo deportivo.
Si los clubes no cuidan este espacio, el del entrenamiento y la capacitación, dilapidando esfuerzos en la organización de salidas recreativas, vivenciales y masivas, compitiendo directa o solapadamente con las agencias de turismo aventura es muy probable que pierdan su esencia y tiendan a desaparecer reemplazados por compañías de guiado con mejor foco, financiamiento más sólido y menos complejos. Si dentro de los programas de los clubes permanece la salida guiada “presentada como una actividad deportiva” es el fin de ese club como tal, al menos de su rama de montaña y se convertirá en un tiempo perentorio en una agencia o desparecerá y si no miremos un poco lo que queda de algunos clubes.
Esto que he escrito está sujeto a ser discutido y será edificante su profundización, sobre todo porque estas palabras reflejan apenas algunas aristas de esta realidad que vive el mundo del montañismo y la escalada.  

Toni Rodriguez
Presidente Agreste Sur